Bailar hasta derretirme

Expo colectiva “VIESCA DE REFLEXIÓN” Asturias y Galicia | Julio – septiembre 2023. Galería Cerúleo y Galería Solaina.

22 – 23 julio | Bosque de hayas, Tierra del Agua (Caleao), Asturias.
2 septiembre – 14 octubre | Galería Solaina (Lugo), Galicia.

 

Ese impulso de adentrarme en la totalidad de las cosas visibles e invisibles de la naturaleza, extenderme a lo ilimitado del espacio y prolongarme hacia lo inacabable del tiempo, derretirme. Esta instalación alude al sentimiento de querer inmortalizar las vivencias dentro de la naturaleza, tan monumental como inabarcable e infinita, con escenas tan mágicas como efímeras. Poder derretirme y sostenerme en la verticalidad del tronco, o como subraya la poetisa Emily Dickinson: “Poder descansar sobre la erguida columna del propio ser. Qué buena es su certeza en el tumulto o en el extremo”. Percibo lo que me rodea como un compendio de imágenes que oscilan entre el fuera de foco y la nitidez. Esta sensibilidad se agudiza en un entorno natural, al punto ambicioso de querer abarcarla toda entera. Algo así como si algunas partículas se hubieran impregnado en mí por instantes, me hubieran teñido la imaginación, me hubieran moldeado como si fuera yo la pieza, me hubieran abierto los poros y derretido la cara. Sensaciones que ahora formarán parte de mi imaginario para refugiarme cuando lo necesite.
La propuesta está compuesta por tres piezas: Una tela de lino de 116 x 81 cm teñida con pigmentos naturales y pintada con óleo, spray y pasteles. El tratamiento de la obra alude a la mezcla ecléctica del lenguaje urbano con el de la naturaleza, jugando con los planos nítidos y los fuera de foco a través de diferentes gestos pictóricos. La pieza invita al diálogo sobre si existe un equilibrio posible entre los ritmos de la ciudad y del bosque. Además, la pieza inicia un proyecto de investigación sobre el paso del tiempo, sobre cómo puede modificarse la obra al estar sumergida en un entorno al que no está acostumbrada interactuar, tanto materialmente como intelectualmente. ¿Percibiremos lo mismo al contemplarla en el bosque y en la galería? Un mural de cerámica de 4 piezas de 25 x 15 cm c/u modeladas en pasta refractaria, pintadas con óxido y esmalte. Este mural capta algunos movimientos de una planta sometida a la observación a lo largo de un mes, donde fui corrigiendo y añadiendo barro según su transformación me lo iba indicando. Veo a esta pieza como un diario, una memoria de esos instantes breves a los que ahora puedo volver. Me interesa observar cómo convive ese movimiento ahora endurecido con los ritmos blandos del bosque. Y una escultura de 53 cm de alto, modelada en pasta refractaria, pintadas con óxidos y esmaltes. La escultura remite a un tronco, un torso, al espíritu interno, a ese lugar seguro donde en caso de tormenta siempre encuentro refugio.